Freud darwin y copernico

Freud darwin y copernico

jueves, 26 de octubre de 2017

Psicoanálisis, la tercer herida narcisista, por el Lic. Juan Miguel Hernández Muñoz, Psicólogo Clínico.

Dicen que, en la historia de la humanidad, refiriéndonos específicamente a lo concerniente a la ciencia, 3 han sido las figuras que de una manera un tanto polémica, acapararon toda la atención y los reflectores al momento de presentar sus descubrimientos, los cuales nunca quedaron exentos de agravios por parte de los difusores autorizados de la única e inamovible concepción científica en ese instante. Brevemente podré comentar que la primer figura fue Nicolás Copérnico, que en contra de las ideas eclesiásticas que colocaban a la tierra como el centro de todo el universo, sus estudios determinaban que ésta, no era más que otro punto como otros que giraban alrededor del sol, y que éste, a su vez, también lo era como muchos otros, conformando la bóveda celeste. El segundo inquisidor fue un tal Carlos Darwin, quien alcanzo la trascendencia por su más conocida obra “el origen de las especies”, donde planteaba un diferente proceso de constitución biológica de la flora y la fauna que obviamente contradecía la participación de un poder divino en su creación. El tercero en aparecer a escena es el Dr. Sigmund Freud, médico neurólogo a quien en ésta ocasión, dedico un poco más de espacio de escritura, solamente para dejar de entrever que, sin importar la cantidad de años de diferencia  o a la disimilitud de sus actividades, las 3 personas antes mencionadas, demuestran que no es sólo éxito lo que ellos se acarrearon.     

“Sobre psicoterapia” es una de tantas conferencias dictadas por el creador del psicoanálisis en el año de 1904. La conferencia trata diversos temas, pero resalta sobretodo, el intento por parte de Freud, de proporcionar argumentos que lleven al psicoanálisis a ser considerado con igual jerarquía que las demás ciencias, pero con un especial interés, en llamar la atención de los médicos de Viena, a quienes siempre “coqueteo” a pesar de ser su público más difícil. Por aquella época en que comenzaba su difusión, no existía la gran dificultad en escoger las palabras adecuadas para aterrizar los términos (al menos en sus conferencias) ya que entre los asistentes había desde personas curiosas sin ninguna relación a la medicina, hasta psiquiatras, todos incluídos en la misma categoría de “profanos” en el tema.

Un don especial del Dr. Freud era despertar los sentimientos  extremos en las personas. Quienes lo leían y escuchaban, por un lado, lo amaban a tal grado de hacerse fervientes seguidores,  o por el otro,  provocaba que las personas  se unieran a las filas de los “positivistas” quienes lo atacaban sin piedad, lo cual  podría describirse como una ambivalencia que aún está presente en la actualidad. Freud en muchas ocasiones trató de prestar oído para quienes le hacían alguna pregunta, ya sea ésta con el mero afán de saber realmente acerca de la teoría psicoanalítica, o solo para madrearlo con el afán de contradecirlo, lo cual eran bien aprovechado  por él  como material para sus escritos. Basta leer por ejemplo su psicopatología de la vida cotidiana, para percibir un Freud que, en lugar de sacarle la vuelta al embrollo que determinada situación le presentaba, le ponía “el pecho a las balas” y nos daba una resolución que ni el lector, ni la persona que lanzo el cuestionamiento se esperaban.

Remar contracorriente no es nada fácil, sobre todo siendo el único representante del psicoanálisis durante muchos años. Sin embargo, fue su aislamiento, digámoslo paradójicamente, su mejor aliado. Poco a poco comenzó a correrse el rumor por toda Europa del nuevo método para encarar las enfermedades mentales y así se fue conformando una red cada vez más amplia de gente que quería aprender del maestro. Ellos, los que no se escandalizaban con su teoría del desarrollo psicosexual, ellos que vieron en su particular manera de interpretar los sueños una fuente inagotable de conocimientos que habían sido descartados anteriormente por ser nimios o que no producirían nada fructífero, ellos que sin importar el sin fin de ataques recibidos de diferentes flancos, llámense filósofos o médicos, cuyo principal argumento era decir: “carece de rigor científico”, así es, ellos, sus alumnos, no se quedaron ahí, petrificados por el impacto, ni tampoco petrificados en la imagen de un semi-dios perfecto al que debían de proteger a toda costa de esos ataques, sino al contrario, no se quedaron solo con el testimonio escrito de los pacientes que Freud atendía, con sus historiales clínicos, no les bastaba, no les parecía suficiente, querían cuestionar los cómo y los porqués, como aún también lo seguimos haciendo.

Ellos que nos compartieron y heredaron ese espíritu inquisidor, al modo de esos 3 principales  personajes,  no enseñaron también que  en las complicaciones, en las trabas, en los ataques, no se encuentra solo la desmotivación, el desaliento, sino mas bien la materia prima para seguir descubriendo, cuestionando y preguntando, ya que como bien dijo el mismo Freud, nadie puede ser muerto en absentia o in effigie.

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viernes, 15 de septiembre de 2017

Dificultades en la divulgación del psicoanálisis, por el Lic. Juan Miguel Hernández Muñoz, Psicólogo Clínico.

Dificultades en la divulgación del psicoanálisis.
Después de todo, cuando estas enamorado, quieres contarlo a todo el mundo.
Por eso, la idea de que los científicos no hablen al público de la ciencia me parece aberrante.
-Carl Sagan
Anoche de pura casualidad y por ocioso me puse a buscar algo de psicoanálisis, de repente me aparecieron un sin número de videos con el título “¿qué es el psicoanálisis”? Como ya he visto algunos, sé mas o menos de que se tratan por lo cual dije, buscaré otro que no haya visto. Total primeramente abrí uno, donde un maestro de una escuela en argentina empezaba su exposición y se auxiliaba mediante un pizarrón.
Esperaba que si dijera algo, no sé si nuevo, pero al menos una aportación propia o suya, y es en serio, daba la misma definición que uno se encuentra en wikipedia, es decir un parafraseo, comenzando con las mismos elementos con los cuáles daba Freud su definición de lo que para él, es el psicoanálisis( un método de investigación, un método terapéutico y un conjunto de teorías derivadas de la aplicación de éste método). No lo terminé de ver completo, si acaso me faltaron dos minutos, con eso bastó para buscar otro video. Me apareció en la búsqueda un psicoanalista que radica en la ciudad de México y que ya en varias ocasiones ha venido a Mty,  con trayectoria en presentaciones de libros y seminarios, pensé, ah mira que bien, algo interesante dirá sobre la definición de lo que es el psicoanálisis. Si fué diferente, y, aunque no tocó el aspecto de los 3 pilares de la constitución psicoanalítica, "algo" fu elo que provocó un click: “rebuscado” del lenguaje.
Palabras como, psiquismo inconsciente, síntoma, lapsus, neurosis entre otras, que, haciéndola de ignorante en el tema ( y lo soy, nunca se acaba por aprender), esperaba que se le diera un espacio mas amplio para su explicación, digo, si de introducción se trata, bien hubiera valido la pena detenerse al menos un poco en cada aspecto.
Desde el parafraseo del primer video, a lo rebuscado del segundo, me dio sueño y no busqué más, (al menos sirvieron como somníferos). Una idea en común acaparó mi atención, y es que ambos videos cojeaban de la misma pata, “la dificultad de la transmisión”. Recordé una entrevista en donde a una psicoanalista le preguntaban, “y como percibe el regio al psicoanálisis” resumiendo un poco su respuesta ella dijo: “el regio no tiene muy clara la idea de lo que és, tiende a confundirlos, a equipararlos con la psicología y la psiquiatría, y esto no es problemas de las personas, sino mas bien de los mismos psicoanalistas que, no han sabido transmitir esa idea de lo que es el psicoanálisis”.
Y qué, apoco en el aspecto de la divulgación de la ciencia, en este caso del psicoanálisis, ¿no sería buena idea hacerlo como un viraje al estilo del golpe narcisista que dio Freud con su descubrimiento?, a lo que me refiero,( y trataré de ser breve) es que su introducción al mundo, no fue fácil, hubo rechazos, sobretodo por parte de la comunidad médica de la Viena de finales de siglo, por muchas razones, pero hay una, la de la "desaparición" de la figura de autoridad, la cual consistió, en quitarle la posición de saber al médico, del poseedor de la verdad, para ser colocada del otro lado, en el lado de la persona que quiere saber e ignora, que no sabe que le pasa o que le sucede, y por ende, busca alivio (sabe, pero no sabe que sabe, dirá Freud) una posición más humilde en el médico psicoanalítico que ha ida o desapareciendo con el tiempo, y con las diferentes tipos de transmisión y de las infinitas formaciones que hay en psicoanálisis, no me extrañaría que esa dificultad persistiera en el modo que se lo hacemos llegar a quienes no saben nada del tema. Quitarnos esa “mamonería” sería el primer paso no para que la gente se acerque, sino nosotros estar ahí, movernos del consultorio y salir. No sé la opinón de quien esté leyendo esto, y me gustaría leerla o escucharla, pero al menos en mi muy particular punto de vista, me parece que, si yo me aventurara a realizar un video que esté al alcance de todos, por estar en youtube por ejemplo, me esforzaría un poco en definir aspectos que solo uno pocos podrían, sino entenderlos, al menos brindarles una orientacion para que busquen alguna referencia en donde apoyarse para encontrar coherencia en su lectura, en otras palabras, aterrizarlo vaya. Y no solamente que esté dando vueltas en su círculo (ese analista pertenece al circulo psicoanalítico) .
A mi en lo personal, me lo han preguntado, y con gusto trato de responder, sea el tratar de responder de mitos tan comunes como la típica pregunta de “me estas psicoanalizando”  “me estás leyendo la mente” “apoco crees en eso” de esas cuestiones que te topas en una peda, a alguien que en otro sentido te pregunta por un diagnostico, y que, en lugar de que alguien se moleste por recibir esas preguntas, se viera como la oportunidad abrir un diálogo, sin obviar la dificultad que cada una trae, qué no de a gratis surge en las personas que están completamente fuera del ambiente psi, y que apoco no, no nos hagamos, nosotros al principio de la formación también las tuvimos, simplemente quizá, expresadas de diferente manera. Así que en lugar de andar poniendo el meme con la cara de Robert Downey Jr.  fastidiado, vean, estando ya en la charla, la posibilidad, a partir de las dudas que tenga la persona, irle construyendo un panorama diferente de lo que es, desde una experiencia y formación, el o los psicoanálisis”. Cosa que por estar inmiscuidos en esto, sabemos que nunca se termina por conocer, como la vida misma donde uno por ende,  no deja de aprender.

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martes, 25 de julio de 2017

La escucha adelanta a la teoría, por el Lic. Juan Miguel Hernández Muñoz

La escucha adelanta a la teoría

La teoría torna grises los multicolores brochazos de la vida
-Otto Fenichel

¿Qué fue primero el huevo o la gallina? ¿la teoría o la escucha?

Tanto la escucha, esa que realizamos de manera particular con el paciente, como la teoría, la que revisamos en la bibliografía de cierto tema en específico, adquieren, especialmente en el terrero del psicoanálisis, una especie de connotación conflictual ambivalente, en donde por darle preponderancia a una, se tiende a descartar o a dar menos participación a la otra. ¿es posible la conciliación de la teoría con la escucha, es decir, encontrar una especie de equilibrio entre ambas? Para intentar responder esto, realicemos de manera breve una aproximación a la participación que tiene cada uno de éstos elementos en la clínica.

Utilidad de la teoría. 

La teoría como un “norte”, como una “orientación” para saber que hacer y que no hacer, se pide que en supervisión y en clases se lean casos clínicos para ver como “aplicó” o “actuó” el psicoanalista ante tal situación y de ahí mas o menos guiarnos. En otras palabras, “la teoría como una luz en la obscuridad”. No estoy en contra de realizar esto, mas sin embargo, el problema me parece está en la lectura reduccionista que se hace a los casos clínicos, es decir, malinterpretar la actividad del psicoanalista como la única aceptada, reconocida o con validez, en donde la guía se convertiría en un “manual”, en donde ya no se está leyendo nada, sino simplemente, se esta viendo si se están cumpliendo los pasos a seguir para el abordaje de un paciente. Si esto último fuera cierto, la escucha no tendría ninguna cabida, al menos la escucha particular, la del caso por caso. Que sentido tendría escuchar caso por caso si la teoría es inamovible, estatica, perpetúa y nuestro trabajo únicamente consistiría en acoplar a la persona, a esa teoría, ya dada como verdad absoluta por alguna eminencia en la materia, lo cual la hace incuestionable. La teoría hacedora no de lectores sino de súbditos. 

Importancia de la escucha

Maestro, una duda ¿ésto es introyección o proyección? ¿es un Edipo positivo o negativo? ¿transferencia positiva o negativa? ¿por que mi paciente no asocia? ¿Qué significa que haya soñado con esto o con lo otro? 

Teniendo a la teoría como rectora de toda la actividad, lo que hace el clínico se reduce a la mera identificación de elementos que sean familiares con ésta, o dicho de otro modo, colocando diversas “etiquetas psicoanalíticas” entre todo el mar de palabras que la persona que acude a consulta nos dirige, dándole cierto orden a todo ese caos con el que llega en un primer momento. La teoría aquí es la que determina la escucha.

¿y si invertimos los papeles? ¿Que fuera la escucha la que determinara o modificara a la teoría?

Fue el mismo Freud quien dijo: “El psicoanálisis no es como un sistema filosófico que parte de ciertos conceptos fundamentales rigurosamente definidos, se sirve de ellos para abarcar la totalidad del mundo y, una vez acabado, no tiene lugar ya para nuevos descubrimientos ni mejorías. Por el contrario, permanece ligado a los hechos que se producen en su campo de trabajo, trata de resolver los problemas más inmediatos de la observación, prosigue su experiencia a tientas, siempre está inacabado, siempre dispuesto a rectificar o a modificar sus teorías.” *

La teoría y sus conceptos, desde ésta perspectiva, podemos situarlos en el trabajo como herramientas, que si bien no están del todo manifiestas durante una sesión, se consideran latentes con la propiedad de emerger cuando sea el momento oportuno. Bien sabemos que hubo un cambio especifico que fue infligido por la invención del psicoanálisis hacia la medicina él cual fue recibido por ésta como una herida narcisista, en donde el saber y la autoridad dejaron de orbitar al médico, para ubicarse del otro lado, en otras palabras, quien va a dictaminar el curso y ese “momento oportuno” para usar esas herramientas, será la persona quien consulte, sin menospreciar en absoluto, a ese quien escucha, que con su propio análisis, lectura y práctica clínica, también buscará su momento oportuno o “timing” para hacer su aparición. 

Lic. Juan Miguel Hernández Muñoz
Contacto: juan.hernandezmnz@uanl.edu.mx

* En Marcuse, H. Manual de psicoanálisis. Citado por Marthe Robert, La revolución psicoanalítica, Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 2004, quinta reimpresión (original en francés, 1964 ), pp.211

lunes, 29 de mayo de 2017

¿Miedo al Psiquiatra?

¿Miedo al Psiquiatra?

Por el Lic. Juan Miguel Hernández Muñoz

Aquí mis breves respuestas sobre un cuestionamiento que me realizan frecuentemente en relación al tipo de “enfermedades” o “trastornos” que son tratados por psicólogos y cuáles por  psiquiatras:

Es frecuente escuchar que la gente tiene cierto prejuicio acerca de la valoración o diagnóstico que desde nuestra profesión hacemos de los malestares, trastornos o enfermedades mentales (no son lo mismo) teniendo como punto de referencia la “gravedad” que éstos pudiesen tener. Familiares, amigos y conocidos me preguntan: ¿es que esa enfermedad (esquizofrenia es la más sonada) ya la atienden solo los psiquiatras verdad? (con tono de espanto). Es decir que hay una noción bastante difundida en donde, los psicólogos solo atienden problemas comunes, típicos, fáciles, sencillos, encomendando tareas complejas a los psiquiatras, siendo ésto un saber bastante difundido entre  muchos.

Es un asunto de distinta formación académica lo que configura una escucha y una mirada particular sobre “eso” que se busca describir y teorizar, incluso al grado de proponer una “etiqueta” para quienes, o bien buscan ayuda, o simplemente son encapsulados dentro de algún manual estadístico psicopatológico.  (persona, sujeto, individuo, paciente, analizante, enfermo, trastornado, loco).

Ahora bien, no es cuestión de gravedad o de intensidad de lo que trata el psicólogo y el psiquiatra, no queriendo demeritar por supuesto que dentro de cada una de éstas disciplinas existan autores que desarrollen ese concepto en cuestión de la lejanía que el sujeto tenga en relación a lo que es considerado como bueno, normal o sano, y sin embargo, si llegase a suceder que, en determinado momento de iniciado el tratamiento, súrjase la cuestión de la canalización hacia algún otro profesional, no hay evidencia alguna de que pudiera considerarse el cambio de atención,  debido al avance, deterioro o degeneración que presente debido a la patología.

El miedo viene de lo complejo, que si lo atiende un psiquiatra, ya es difícil de resolver, por lo tanto en el imaginario rondan tanto el tiempo, dinero y esfuerzo invertido, asi como del diagnóstico y pronostico del cual esperamos tenga una solución que valga la pena todo ese camino por recorrer que en algunos casos, suele ser bastante agobiante, incluso mas que la enfermedad misma.

No se trata de complejidad, ya que dentro en cada disciplina, está eso, lo difícil, lo complejo, lo abstracto, lo que requiere más atención de la debida quizá, en donde con sus mismas herramientas metodológicas buscan la solución al problema que acontece.


De manera bastante general, la formación del psiquiatra teniendo su tronco común en la medicina, recorta y reduce su objeto de estudio, dando prioridad, a los desbalances de las sustancias neuroquímicas cerebrales que regulan el comportamiento, por lo cual, la noción de salud y enfermedad  dependerá de éste importante factor, en otras palabras, es una forma más de abordar un problema, donde el psicólogo, con su formación y preparación única, también da su punto de vista, dejando completamente de lado el mito de “solo debido a su gravedad, ciertos padecimientos solo pueden ser vistos por el psiquiatra”.

juan.hernandezmnz@uanl.edu.mx

miércoles, 22 de marzo de 2017

¿Que es la psicología clínica? Por el Lic. Juan Miguel Hernández Muñoz, Psicólogo Clínico

¿Qué es la psicología clínica?


                La psicología no es definida o se busca alguna definición imprecisa, breve
o convencional partiendo del supuesto  de que todo el mundo,
sabe, más o menos, de qué se trata la psicología
-George A. Miller


Si plantea usted una cuestión de física o de química,
callarán todos los no especializados en tales materias.
En cambio, si arriesgamos una afirmación psicológica,
podemos estar seguros de que nadie dejará de emitir
su juicio, favorable o adverso.
Por lo visto, no existe en éste sector
“conocimientos especiales”. Todo el mundo tiene su
vida anímica y se cree, por ello, psicólogo.

-Sigmund Freud


Es frecuente escuchar que cuando algo no anda bien, cuando las cosas se tornan difíciles se pide el consejo o ayuda de algún amigo o conocido que entre tantas de las soluciones posibles, nos recomienda ayuda profesional y si el problema que nos aqueja es de índole emocional, lo más probable es que nos aconseje ir con el psicólogo. También está la otra forma en que llegamos con él, cuando alguien nos refiere directamente, como por ejemplo cuando un maestro o directivo de alguna escuela pública o privada habla con la madre de familia sobre el comportamiento de su hijo en clases, o en el ámbito laboral, donde esto se ve cada vez con mayor frecuencia, en donde el encargado del departamento de una empresa ve afectada su productividad por el deficiente desempeño de uno de sus empleados. A partir de éstos  puntos intentaré desarrollar la cuestión de cómo surge la “psicología clínica”, y de paso responder cuales son las razones que llevan a alguien a decir: “necesitas de un psicólogo”.

Veámoslo primeramente desde el punto de vista de la “recomendación”. En realidad no es necesario poseer conocimientos en psicología para hacer ésto, porque de esa misma forma recomendamos médicos, ingenieros, plomeros, carpinteros, mecánicos y muchas otras y muy diversas profesiones. Lo que alcancemos a ver de cómo trabaja algún profesionista,  no lo comprenderíamos, ya que solo a medias le podría entender quien ya recorrió ese camino, el camino del profesional que pasa horas y horas entrenando, leyendo, supervisando y atendiendo. Todo eso culmina y rinde sus frutos si proporcionan los resultados esperados para quienes solicitan de sus servicios.

¿Qué se espera de la psicología clínica y por ende, de los psicólogos clínicos, que son quienes la practican? ¿De qué tipo de soluciones estamos tratando? ¿También se trata de enderezar, arreglar o componer algo como en la carpintería, plomería o la mecánica? Claro que no tratamos con madera, tubos o motores descompuestos, se trata de gente que sufre y que busca de manera desesperada que alguien le escuche y le pueda hacer entender lo que pasa.

En el título del presente escrito aparece la palabra psicología clínica. Hagamos el siguiente ejercicio, definamos por un lado que es la psicología y por el otro la clínica, para así saber, a grandes rasgos como se logró una y otra.

Tenemos por un lado a la clínica, que proviene del griego “kline” que era el lugar donde los pacientes en la mitología griega se recostaban mientras eran examinados por una persona con conocimientos en medicina, lo cual quiere decir que, el concepto “clínica”, está completamente arraigado con la medicina, y no es para menos, ya que en la actualidad, cuando se pronuncia la palabra, a nuestra cabeza vienen por resonancia diversas concepciones, como por ejemplo, desde un edificio donde se atienden personas, un lugar donde se consulta y el adjetivo que califica alguna profesión (él es clínico o estudia clínica)

Por el otro lado, la psicología tiene su aparición formal como ciencia en épocas mucho más recientes que la medicina. No es sino hasta el año de 1879 donde muchas de las cuestiones abordadas durante siglos por filósofos y pensadores concluyeron en evidencia experimental gracias a los trabajos de Wilhelm Wundt. La medición de la respuesta fisiológica frente a diferentes estímulos fue lo que permeó éstos experimentos.

Sabiendo que los orígenes de una palabra y otra tienen siglos de diferencia, ¿en que punto de la historia se concibieron por primera vez juntas?

La clínica es un concepto que va de la mano de la medicina como mencioné, y para responder a lo último vayamos a la prehistoria de una de las especialidades de ésta, la psiquiatría. Existe un cambio ocurrido en el siglo XVIII en cuanto a la forma de ver un cuerpo aquejado de enfermedad por parte de los médicos, es decir, que antes de éste siglo, que lo único que se buscaba era la salud por parte del dueño de ése cuerpo enfermo. No existía nadie quien le recomendara o le dijera que se tenía que tratar ya que solo bastaba que se tuvieran malestares o dolores para acudir a consultar. Esto no ha cambiado en nuestros tiempos, pero hubo muchas variantes. Pues bien la búsqueda de la salud continúa, pero incluso ahora cuando no se está enfermo.

El cambio obedece a la transformación de los sectores productivos de aquella época y que persisten actualmente. Debe tenerse un nivel óptimo de funcionalidad para ser competitivo en el mercado empresarial y por ende se requiere  de recursos humanos que estén en las mejores condiciones de salud. En caso de que la persona se muestre indispuesta, será reemplazada por quien si pueda cubrir con estos mínimos requisitos, confinando a quien no los tenga, a la espera de poder volver a incorporarse cuando su estado, ya sea físico o mental, mejore. Entonces, a partir de esto, se pasaría de la búsqueda de la salud, a la búsqueda de la normalidad, donde normalidad equivale a funcionalidad, lo que sirve y lo que no, y esto es completamente válido también para la salud mental. La enfermedad paso de ser parte de la condición humana, a ser catalogada como algo anormal, algo que a toda costa se trata de evitar, o prevenir dependiendo del contexto y de las circunstancias, por el miedo a ser diagnosticado y sobre todo a no generar algún tipo de ingreso económico o simplemente ser etiquetado. Antes y ahora, quien no aporta nada bueno o productivo para la sociedad corre el riesgo de estar dentro de la categoría de “trastornado” o de “enfermo mental” o en el mejor de los casos, a tener algún “rasgo” de éstos dos.

El problema se agrava cuando descubrimos que existe más de una psicología clínica. Es decir que así como existe una psicología clínica conductual, también está la clínica gestaltista, clínica cognitivista, clínica comunitaria, neuropsicología clínica, entre otras. Dato curioso que uno de los maestros en la facultad de psicología de la UANL nos hizo saber desde primer semestre diciéndonos que estábamos ingresando a “la facultad de las psicologías” en plural. A pesar de las diferencias técnicas y metodológicas de cada una, muchas de ellas tienen un punto de intersección ¿Cuál es? Pues que la mayoría basan su abordaje en el mismo modelo médico/psiquiátrico de atención a las enfermedades mentales o trastornos. No es casualidad que quienes fueron los primeros en impartir clases en FAPSI fueran casi en su mayoría psiquiatras y que, a pesar de los esfuerzos realizados por los estudiantes en los años 70 para desestabilizar ésta hegemonía, su pensamiento aún prevalece en sus pasillos y se ve reflejada en una sociedad que vulgariza los términos, minimizando todo a descripciones de conductas, a una “psicología de las apariencias” y donde “la raíz del problema” no tiene importancia.

Y si el modelo médico no es el más idóneo como abordaje clínico, ¿cuál si lo sería? ¿El psicoanálisis? ¿O en su defecto la psicología clínica de orientación psicoanalítica?

Quizá no cumplí del todo con mi cometido inicial, el cual consistía en explicar que es la psicología clínica, como es el quehacer de un psicólogo y las razones por las cuales alguien acude con éste. Al contrario, parece que entre más le escarbamos más dudas surgen, pero por otro lado, espero haber brindado cierta orientación en el tema.

A modo de propuesta, quiero finalizar con una cita del Maestro José Perrés extraída de su texto “La epistemología del psicoanálisis y sus encrucijadas”:

Las relaciones ente los discursos teóricos y clínicos, supone, inevitablemente, un problema epistemológico.  Este resulta esencial en la clínica ya que moldea diferentes “formas de escucha”. Si entendemos el discurso de la clínica como la “simple aplicación” de la teoría psicoanalítica sobre un “objeto empírico”: el paciente, nos podemos ubicar fácilmente como dueños de una verdad, poseedores de un saber que le brindaremos, desvirtuando totalmente el sentido de lo que es la experiencia psicoanalítica (por lo menos, tal como la entiendo personalmente).

Las cosas resultan muy diferente si en cambio reconocemos la especificidad del discurso clínico y consideramos que todo nuestro conocimiento teórico debe poder “borrarse” en la clínica, para no bloquear nuestra posibilidad de escucha de la particularidad de una historia. Si pensamos que esa singularidad del paciente debe poner en jaque permanente todo el saber teórico acumulado del psicoanálisis, estaremos en mejor condición de aceptar nuestros límites y nuestra castración.

Podremos así abrirnos a la sorpresa y a lo inesperado, al riesgo de nuestra propia movilización inconsciente, sin lo cual nunca puede haber más que un “pseudoanálisis”, a lo sumo un proceso psicoterapéutico, pero nunca la posibilidad de que nuestro paciente pueda conectarse realmente con su propio saber inconsciente.

Lic. Juan Miguel Hernández Muñoz

Referentes Bibliográficos:
Miller, G, A., “Introducción a la psicología”,, Alianza Editorial
Freud, S., “El análisis Profano”, Ed. Izztaccihuatl
Silva, F. Clínica, salud y biopolítica, una lectura foucaltiana sobre la psicología de la salud. Texto de 1er semestre correspondiente a la materia “Introducción a la psicología clínica y de la salud”
Perrés, J. “La epistemología del psicoanálisis y sus encrucijadas” en cuadernos del área clínica