Freud darwin y copernico

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miércoles, 22 de marzo de 2017

¿Que es la psicología clínica? Por el Lic. Juan Miguel Hernández Muñoz, Psicólogo Clínico

¿Qué es la psicología clínica?


                La psicología no es definida o se busca alguna definición imprecisa, breve
o convencional partiendo del supuesto  de que todo el mundo,
sabe, más o menos, de qué se trata la psicología
-George A. Miller


Si plantea usted una cuestión de física o de química,
callarán todos los no especializados en tales materias.
En cambio, si arriesgamos una afirmación psicológica,
podemos estar seguros de que nadie dejará de emitir
su juicio, favorable o adverso.
Por lo visto, no existe en éste sector
“conocimientos especiales”. Todo el mundo tiene su
vida anímica y se cree, por ello, psicólogo.

-Sigmund Freud


Es frecuente escuchar que cuando algo no anda bien, cuando las cosas se tornan difíciles se pide el consejo o ayuda de algún amigo o conocido que entre tantas de las soluciones posibles, nos recomienda ayuda profesional y si el problema que nos aqueja es de índole emocional, lo más probable es que nos aconseje ir con el psicólogo. También está la otra forma en que llegamos con él, cuando alguien nos refiere directamente, como por ejemplo cuando un maestro o directivo de alguna escuela pública o privada habla con la madre de familia sobre el comportamiento de su hijo en clases, o en el ámbito laboral, donde esto se ve cada vez con mayor frecuencia, en donde el encargado del departamento de una empresa ve afectada su productividad por el deficiente desempeño de uno de sus empleados. A partir de éstos  puntos intentaré desarrollar la cuestión de cómo surge la “psicología clínica”, y de paso responder cuales son las razones que llevan a alguien a decir: “necesitas de un psicólogo”.

Veámoslo primeramente desde el punto de vista de la “recomendación”. En realidad no es necesario poseer conocimientos en psicología para hacer ésto, porque de esa misma forma recomendamos médicos, ingenieros, plomeros, carpinteros, mecánicos y muchas otras y muy diversas profesiones. Lo que alcancemos a ver de cómo trabaja algún profesionista,  no lo comprenderíamos, ya que solo a medias le podría entender quien ya recorrió ese camino, el camino del profesional que pasa horas y horas entrenando, leyendo, supervisando y atendiendo. Todo eso culmina y rinde sus frutos si proporcionan los resultados esperados para quienes solicitan de sus servicios.

¿Qué se espera de la psicología clínica y por ende, de los psicólogos clínicos, que son quienes la practican? ¿De qué tipo de soluciones estamos tratando? ¿También se trata de enderezar, arreglar o componer algo como en la carpintería, plomería o la mecánica? Claro que no tratamos con madera, tubos o motores descompuestos, se trata de gente que sufre y que busca de manera desesperada que alguien le escuche y le pueda hacer entender lo que pasa.

En el título del presente escrito aparece la palabra psicología clínica. Hagamos el siguiente ejercicio, definamos por un lado que es la psicología y por el otro la clínica, para así saber, a grandes rasgos como se logró una y otra.

Tenemos por un lado a la clínica, que proviene del griego “kline” que era el lugar donde los pacientes en la mitología griega se recostaban mientras eran examinados por una persona con conocimientos en medicina, lo cual quiere decir que, el concepto “clínica”, está completamente arraigado con la medicina, y no es para menos, ya que en la actualidad, cuando se pronuncia la palabra, a nuestra cabeza vienen por resonancia diversas concepciones, como por ejemplo, desde un edificio donde se atienden personas, un lugar donde se consulta y el adjetivo que califica alguna profesión (él es clínico o estudia clínica)

Por el otro lado, la psicología tiene su aparición formal como ciencia en épocas mucho más recientes que la medicina. No es sino hasta el año de 1879 donde muchas de las cuestiones abordadas durante siglos por filósofos y pensadores concluyeron en evidencia experimental gracias a los trabajos de Wilhelm Wundt. La medición de la respuesta fisiológica frente a diferentes estímulos fue lo que permeó éstos experimentos.

Sabiendo que los orígenes de una palabra y otra tienen siglos de diferencia, ¿en que punto de la historia se concibieron por primera vez juntas?

La clínica es un concepto que va de la mano de la medicina como mencioné, y para responder a lo último vayamos a la prehistoria de una de las especialidades de ésta, la psiquiatría. Existe un cambio ocurrido en el siglo XVIII en cuanto a la forma de ver un cuerpo aquejado de enfermedad por parte de los médicos, es decir, que antes de éste siglo, que lo único que se buscaba era la salud por parte del dueño de ése cuerpo enfermo. No existía nadie quien le recomendara o le dijera que se tenía que tratar ya que solo bastaba que se tuvieran malestares o dolores para acudir a consultar. Esto no ha cambiado en nuestros tiempos, pero hubo muchas variantes. Pues bien la búsqueda de la salud continúa, pero incluso ahora cuando no se está enfermo.

El cambio obedece a la transformación de los sectores productivos de aquella época y que persisten actualmente. Debe tenerse un nivel óptimo de funcionalidad para ser competitivo en el mercado empresarial y por ende se requiere  de recursos humanos que estén en las mejores condiciones de salud. En caso de que la persona se muestre indispuesta, será reemplazada por quien si pueda cubrir con estos mínimos requisitos, confinando a quien no los tenga, a la espera de poder volver a incorporarse cuando su estado, ya sea físico o mental, mejore. Entonces, a partir de esto, se pasaría de la búsqueda de la salud, a la búsqueda de la normalidad, donde normalidad equivale a funcionalidad, lo que sirve y lo que no, y esto es completamente válido también para la salud mental. La enfermedad paso de ser parte de la condición humana, a ser catalogada como algo anormal, algo que a toda costa se trata de evitar, o prevenir dependiendo del contexto y de las circunstancias, por el miedo a ser diagnosticado y sobre todo a no generar algún tipo de ingreso económico o simplemente ser etiquetado. Antes y ahora, quien no aporta nada bueno o productivo para la sociedad corre el riesgo de estar dentro de la categoría de “trastornado” o de “enfermo mental” o en el mejor de los casos, a tener algún “rasgo” de éstos dos.

El problema se agrava cuando descubrimos que existe más de una psicología clínica. Es decir que así como existe una psicología clínica conductual, también está la clínica gestaltista, clínica cognitivista, clínica comunitaria, neuropsicología clínica, entre otras. Dato curioso que uno de los maestros en la facultad de psicología de la UANL nos hizo saber desde primer semestre diciéndonos que estábamos ingresando a “la facultad de las psicologías” en plural. A pesar de las diferencias técnicas y metodológicas de cada una, muchas de ellas tienen un punto de intersección ¿Cuál es? Pues que la mayoría basan su abordaje en el mismo modelo médico/psiquiátrico de atención a las enfermedades mentales o trastornos. No es casualidad que quienes fueron los primeros en impartir clases en FAPSI fueran casi en su mayoría psiquiatras y que, a pesar de los esfuerzos realizados por los estudiantes en los años 70 para desestabilizar ésta hegemonía, su pensamiento aún prevalece en sus pasillos y se ve reflejada en una sociedad que vulgariza los términos, minimizando todo a descripciones de conductas, a una “psicología de las apariencias” y donde “la raíz del problema” no tiene importancia.

Y si el modelo médico no es el más idóneo como abordaje clínico, ¿cuál si lo sería? ¿El psicoanálisis? ¿O en su defecto la psicología clínica de orientación psicoanalítica?

Quizá no cumplí del todo con mi cometido inicial, el cual consistía en explicar que es la psicología clínica, como es el quehacer de un psicólogo y las razones por las cuales alguien acude con éste. Al contrario, parece que entre más le escarbamos más dudas surgen, pero por otro lado, espero haber brindado cierta orientación en el tema.

A modo de propuesta, quiero finalizar con una cita del Maestro José Perrés extraída de su texto “La epistemología del psicoanálisis y sus encrucijadas”:

Las relaciones ente los discursos teóricos y clínicos, supone, inevitablemente, un problema epistemológico.  Este resulta esencial en la clínica ya que moldea diferentes “formas de escucha”. Si entendemos el discurso de la clínica como la “simple aplicación” de la teoría psicoanalítica sobre un “objeto empírico”: el paciente, nos podemos ubicar fácilmente como dueños de una verdad, poseedores de un saber que le brindaremos, desvirtuando totalmente el sentido de lo que es la experiencia psicoanalítica (por lo menos, tal como la entiendo personalmente).

Las cosas resultan muy diferente si en cambio reconocemos la especificidad del discurso clínico y consideramos que todo nuestro conocimiento teórico debe poder “borrarse” en la clínica, para no bloquear nuestra posibilidad de escucha de la particularidad de una historia. Si pensamos que esa singularidad del paciente debe poner en jaque permanente todo el saber teórico acumulado del psicoanálisis, estaremos en mejor condición de aceptar nuestros límites y nuestra castración.

Podremos así abrirnos a la sorpresa y a lo inesperado, al riesgo de nuestra propia movilización inconsciente, sin lo cual nunca puede haber más que un “pseudoanálisis”, a lo sumo un proceso psicoterapéutico, pero nunca la posibilidad de que nuestro paciente pueda conectarse realmente con su propio saber inconsciente.

Lic. Juan Miguel Hernández Muñoz

Referentes Bibliográficos:
Miller, G, A., “Introducción a la psicología”,, Alianza Editorial
Freud, S., “El análisis Profano”, Ed. Izztaccihuatl
Silva, F. Clínica, salud y biopolítica, una lectura foucaltiana sobre la psicología de la salud. Texto de 1er semestre correspondiente a la materia “Introducción a la psicología clínica y de la salud”
Perrés, J. “La epistemología del psicoanálisis y sus encrucijadas” en cuadernos del área clínica